lunes, 1 de febrero de 2016

La trivial controversia sobre el acomodacionismo

En días recientes se ha venido dando una disputa sobre un viejo tema: ¿son compatibles en alguna medida la religión y la ciencia? A raíz de una reseña de Russell Blackford del nuevo libro de Jerry Coyne Faith vs Fact (2015), el filósofo (voz principal de la crítica al nuevo ateísmo) Massimo Pigliucci aprovechó para generar la controversia con un ensayo titulado "En defensa del acomodacionismo". Pigliucci critica la posición de Blackford (e indirectamente la de Coyne) de que "la ciencia socava la religión" en el sentido amplio. La crítica de Pigliucci generó una respuesta por parte de Russell Blackford, así como del mismo Jerry Coyne.

Para leer la reseña, la crítica y las críticas a la crítica, solo entre a los enlaces del párrafo anterior y saque sus propias conclusiones. Personalmente, estoy de acuerdo con Pigliucci en casi todo lo que explica en su post (aunque a diferencia de él, yo sí que quiero leer el libro de Coyne. Sigo esperando a su traducción en alguna buena editorial, tal vez Crítica o en Katz).



En lo que a mí respecta, la controversia ciencia-religión es un innumerable espiral de confusiones y malas interpretaciones por parte de todos los que se han involucrado. Existen algunas posturas totalmente falsas, como las de los creacionistas; otras notablemente falsas (aunque inteligibles y con cierto grado de coherencia), como los magisterios no superpuestos (NOMA) de Stephen Jay Gould o la evolución teísta de Francis Collins; existen otras posturas notablemente confundidas como la de Richard Dawkins y (tal vez) Jerry Coyne; y existen algunas un poco más centradas, como la de Carl Sagan y Paul Kurtz o tal vez la postura del mismo Pigliucci.

Para aclarar el debate es necesario saber diferenciar las cuestiones de hecho y las cuestiones de principios (o conceptuales) dentro de la demarcación entre la religión y la ciencia (esto nos lleva a su vez a preguntarnos ¿qué es la ciencia? y ¿qué es la religión? Un ejercicio que cada uno de nosotros debe llevar a cabo, que no se logra en un ratito ni leyendo solo blogs de opinión). En su libro Pseudociencia e Ideología (2013), el epistemólogo Mario Bunge ubica a las religiones como un tipo de ideologías. Las ideologías, a su vez, son parte de los llamados "campos del conocimiento", más en específico, de los "campos de creencias".

Una ideología religiosa, de acuerdo a esto, puede analizarse como una endecatupla:

R = <C, S, D, G, F, E, P, A, V, O, M>

donde, en cualquier momento,

C = Iglesia o grupo de creyentes y militantes tolerados por una sociedad S.
D = Naturaleza, sociedad y supernaturaleza.
G = Teología o colección de mitos, dogmas y argumentos acerca de lo sobrenatural y de nuestra relación con ello.
F = A lo sumo, fondo de lógica intuitiva, nunca teorías matemáticas.
E = En el mejor de los casos, conocimiento ordinario, nunca científico.
P = Problemas y misterios teológicos, así como problemas prácticos concernientes a la salvación personal, la vida de la Iglesia y sus relaciones con la sociedad.
A =Sistema de creencias típicamente incontrastables o incompatibles con la ciencia moderna (como los milagros y la vida después de la muerte).
V = Sistema de valores encabezado por las creencias de que lo divino o trascendente es máximamente valioso, y que el deber supremo del ser humano es adorarlo.
O = Colección de metas que incluyen la obtención de la vida eterna, la salvación y/o el bienestar de la  Iglesia.
M  = Colección  de prácticas, tales como el ayuno, la  penitencia, la oración, el exorcismo y posiblemente también el uso de la fuerza para dominar al enemigo o al infiel.

Clasificación de los campos del conocimiento, según Mario Bunge.


En este sentido, la religión, por pura definición, es incompatible con la definición de ciencia. Los supuestos filosóficos de la religión son contrarios a los de la ciencia. Este conflicto conceptual y de principios puede demostrarse, y basta tener presente (como explica Bunge) los puntos siguientes:

1) Los miembros de una Iglesia se mantienen unidos por compartir creencias y prácticas que no han sido consagradas por la investigación científica, mientras que los miembros de una comunidad científica están unidos por una actitud crítica y exploratoria, así como por un fondo de conocimientos que han pasado pruebas conceptuales y empíricas.

2) Toda religión incluye dogmas acerca de entes sobrenaturales que, por definición, están fuera del alcance de la ciencia; también incluye dogmas acerca de procesos tales como la resurrección o la reencarnación, imposibles considerados desde una óptica científica.

3) El pensamiento religioso no hace uso de la matemática, salvo en el caso de la numerología o las creencias new age en geometría sagrada, casos patentes de pseudociencias.

4) La religión no hacen el menor uso de las ciencias fácticas, sino que muchos dogmas religiosos han sido refutados concluyentemente por el conocimiento científico (como las ideas de la Tierra plana, la Tierra joven, la creación de la vida, el geocentrismo, el antropocentrismo cósmico, y la existencia del alma).

5) Por liberal que sea, toda teología contiene dogmas antes que teorías o datos corregibles. Eso incluye las propuestas de "heterodoxos" como Hans Küng.

6) Todo sistema de valores religiosos está dominado por la creencia en entes sobrenaturales, en lugar de confiar en el poder del hombre para alcanzar la verdad por la investigación, y los fines deseados por la acción.

7) La eficacia de las prácticas religiosas, tales como el sacrificio y la oración, nunca ha sido comprobada experimentalmente, y las pocas veces que se ha tratado de investigar científicamente, solo ha arrojado resultados negativos y explicaciones a través del autoengaño y el efecto placebo.

8) La fe religiosa descansa sobre la autoridad, la revelación y el estado de gracia, ninguno de los cuales es científicamente aceptable.

Con estas distinciones, Bunge concluye que ciencia y religión (y teología) no son solo meramente diferentes, sino que son antitéticas. Con esto, parecería que se le da la razón a otros pensadores como Blackford y Coyne, dejando en ridículo a los defensores del acomodacionismo como Pigliucci, ¿no? Pues no exactamente.

La incompatibilidad de la ciencia y la religión es conceptual, lógica y metodológica, más en el mundo real (en terreno factual) no solo es posible pensar en científicos que, sin dejar de ser científicos de primer línea, pueden fácilmente hacer compatible una creencia religiosa con su profesión, sino que estos científicos existen, algo que lo vuelve un hecho (ojo, la existencia de los científicos creyentes es un hecho, más la "ciencia religiosa" es un imposible, a menos que se esté refiriendo al estudio científico de la religión). Y es más, es posible hablar de una unión política o diplomática, en la que la comunidad científica no solo llega a pedir auxilio a los grupos políticos, sino también a los grupos religiosos, tal como lo expuso en su tiempo Carl Sagan en su experiencia en el "Foro Global de Líderes Espirituales y Parlamentarios" de 1988 (en Oxford) y 1990 (en Moscú), con el fin de crear consciencia global sobre problemas emergentes tales como el cambio climático.

Tal vez podamos juzgar este tipo de alianzas como hipócritas o incluso inmorales, o tildar a los científicos creyentes como víctimas de la disonancia cognitiva, pero es imposible negar que son ejemplos factuales de la unión entre ciencia y religión (cosa que para nada legitima las afirmaciones religiosas, ni justificaría en modo alguno la intromisión de la religión en la ciencia, la educación o el Estado laico). Este es el tipo de unión a la que se refieren pensadores como Massimo Pigliucci, quien está totalmente de acuerdo que la religión, por definición y contenido, es opuesta a la ciencia, y como todo ser humano con un nivel básico de cultura científica sabe bien.

Sin embargo, publicaciones como las de Blackford o Coyne pueden causar confusión en el debate al no distinguir estos dos tipos de definiciones de "relación" ciencia-religión. Podríamos llamar a la primera como la demarcación ciencia-religión, y la segunda la relación social, política o económica (posible) entre ciencia y religión, dos cosas distintas pero que ambas resultan ser correctas.

SI TE INTERESA ESTE TEMA

*"In defense of accommodationism", nota aclaratoria de Massimo Pigliucci sobre su postura "acomodacionista", en su blog Plato's Footnote.

*Pseudociencia e Ideología, de Mario Bunge, Siglo XXI, 2013.

*El ensayo "Sociología de la ciencia", de Bernard Barber, en Ensayos científicos, VV.AA.,  CONACYT, Ciencia y desarrollo, 1982.

*"Día del escepticismo: una alianza entre ciencia y religión", artículo de mi autoría en el que expongo el tipo de alianza diplomática entre científicos y autoridades religiosas que atestiguó Carl Sagan en su momento.

6 comentarios:

  1. Charles Darwin nunca fue incluido en el "Índice de libros prohibidos". Muy al contrario, fueron y son (como Emilio Palafox, doctor en ciencias biológicas, sacerdote y miembro del Opus Dei) numerosos sacerdotes dedicados a explorar la prehistoria y el registro fósil, entre ellos Henri Breuil y el alemán Hugo Obermaier. Es últimos fueron expertos de fama mundial en arte rupestre, estudiando durante años las cuevas de Combarelles, Font-de-Gaume, Lascaux y Altamira. Hugo Obermaier estudió especialmente los homínidos del paleolítico superior. Henri Breuil , sacerdote francés nacido en 1877 fue arqueólogo y estudioso de la paleontología humana, estudió ampliamente el arte rupestre español, con importantes aportaciones al estudio del arte parietal paleolítico. También participó en el descubrimiento del Sinantropus en China y llamó chukutiense al conjunto de herramientas primitivas, talladas en cuarcita y en piedra volcánica, que se atribuyen al Sinantropus. Henri Breuil fue autor del artículo L'homme del prestigioso « Dictionnaire apologétique de la foi catholique » en 1926. En este artículo Breuil explicaba con absoluta libertad sobre el origen y las distintas clases de homínidos (homo erectus, neandertales, hombre de Cromañón) a lo largo de la evolución humana. Todo ello con autorización eclesiástica.
    En resumen: la condena de Buffon por los teólogos de la Sorbona es un mito inventado por Andrew Dickson White, la retractación de Buffon de 1751 fue impulsada por la demagogia jansenista. La Sorbona y, sobre todo los jesuitas, eran favorables a los descubrimientos científicos de Buffon, y se esforzaron por evitar una condena a su trabajo.

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  2. Francisco Javier Clavijero , jesuita y científico mexicano del siglo XVIII, no oculta su admiración por Buffon, a quien llama " el más diligente, el más hábil y el más elocuente naturalista de nuestro siglo". Por otra parte el mismo Buffon admiraba a científicos católicos como el gran naturalista y sacerdote Lazzaro Spallanzani.

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  4. Acabo de encontrarme con tu blog, por pura casualidad. ¡Muy buen trabajo! Estudio doctorado en física aquí en la UdG (Relatividad General y Teoría de Campo) y di una charla hace poco acerca de este tema, cuyo resumen, si te interesa, puedes ver aquí: http://hectormatav.blogspot.com/2017/01/ciencia-y-religion-irreconciliables.html (Yo también le hago al bloguero!)

    Estoy revisando tus artículos rápidamente y parece que eres la única persona en México que sigue los mismos argumentos, personajes, libros y demás acerca de ateísmo, ciencia y filosofía que yo, pero simpatizo más con la visión del 'Nuevo ateísmo', al parecer. Soy más del tipo de Jerry Coyne (o el físico Sean Carroll, no sé si lo conozcas) y menos de Massimo Pigliucci, aunque a éste lo leo seguido de todos modos porque me gusta. En fin, estaré siguiendo tu blog en la medida posible (ya encontré la página dedicada en Facebook también). ¡Saludos!

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    1. Hola, qué tal. Muchas gracias. Veo que tú fuiste el primer ponente de los viernes de ciencia del Instituto de Astronomía y Meteorología. :D ¡Yo fui a tu charla! Lo único malo es que, al parecer no pensaban que tendrían tanto público ahí. Yo me quedé afuera y apenas pude seguir lo que hablabas sobre los NOMA. Qué bueno que tu charla está en video y en tu blog, ahora sí la podré revisar completa.

      Hay más personas en México que siguen autores como Coyne y Pigliucci, nada más que todos andamos muy esparcidos. Muchas gracias por seguir mi blog, ahora yo haré lo mismo con el tuyo.

      ¡Saludos!

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    2. Sí, se le dio mucha promoción a la charla y, en combinación con el tema, mucha gente se quedó afuera. El organizador de las pláticas me dijo que, por la buena respuesta y la gente que no alcanzó lugar, había mucha demanda de repetir la charla, probablemente en junio. Yo había pensado hablar sobre pseudociencia en otra exposición, pero tal vez sí opte por repetir ciencia vs. religión. Todavía falta mucho.

      En fin, parece que al menos aquí en Guadalajara ya somos un buen puñado de escépticos/ateos, solo faltaban algunas oportunidades de coincidir. Yo llevaba años pensando que era el único y me topé con que en la plática había muchos más como yo, y sin duda muy bien informados del tema.

      Saludos!

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