viernes, 28 de octubre de 2011

¿Por qué gracias a Dios soy ateo?

Corregido 28/03/17
Como todo buen intento de filósofo, simplemente no podía quedarme con las ganas de hacer una reflexión sobre esta graciosa y –aparentemente- contradictoria afirmación.

¿Por qué un ateo llega a decir que gracias a Dios es, justamente, ateo? Bueno, como ateo que soy, espero poder responder esto y espero que sea una respuesta que más de uno ha llegado ha concluir.

Cuando mis amigos me presentan con personas que no conozco, a menudo, salta a mi breve descripción el hecho de que no creo en ningún dios. Por supuesto, esa persona dice “¿eres ateo?” a lo que respondo un “sí, soy ateo”. Con sarcasmo, la persona me mira y me dice “ah pero eres ateo gracias a dios ¿verdad?” y yo respondo un sí. Hasta ahora ha sido imposible el no sacarle una sonrisa a toda persona que recién me conoce y que se entera que “gracias a Dios soy ateo”.

Por alguna razón desconocida para mi, estas personas parecen quedarse más tranquilas, o algo por el estilo, cuando aseguro tal cosa. Como si decir "gracias a Dios soy ateo" significara que en realidad creo en Dios. En otras ocasiones –muy raras por cierto-, la persona prospecta a nuevo amigo me dice “¡pero eso que dices es una contradicción!” Y la verdad es que sí lo es, siempre y cuando, la tomes sin contexto y solo como una afirmación vacía.

Decir “soy ateo gracias a Dios” dice más de lo que la mayoría puede imaginarse.
Primero, aclaremos la más común confusión: No, el decir "gracias a Dios soy ateo" no significa que sea creyente en algún dios o que sea un “ateo creyente”. ¿Acaso si un ambientalista dice que es ambientalista “gracias a la deforestación” significa que es un deforestador? O si un anticlericalista dice que es anticlericalista “gracias al clérigo” ¿quiere decir que es creyente en el clérigo? O si un antiabortista dice que es antiabortista “gracias al aborto” ¿quiere decir que apoya el aborto? La respuesta a todas estas es un grandísimo ¡NO!

Tanto la afirmación “gracias a Dios soy ateo” así como las demás ya expuestas, involucran un sentido algo sarcástico, pero es un juego lógico del lenguaje. Cada una de estas afirmaciones puede traducirse así:

*Ambientalista: “soy ambientalista porque entre más sé de los crímenes contra el ambiente, más ambientalista me hago”.

*Anticlericalista: “soy anticlericalista porque entre más sé sobre lo que hacen los clérigos, menos creo en ellos”.

*Antiabortista: “soy antiabortista porque entre más sé sobre el aborto, más me convenzo que es la peor de las alternativas al embarazo no deseado”.

Del mismo modo “gracias a Dios soy ateo se puede traducir” así:

*Ateo: “soy ateo, porque entre más sé sobre dioses y la religión, menos creo en esas cosas”.

¿Qué quiere decir el ateo cuando dice que “porque entre más conoce sobre dios”? Cuando un ateo dice que “entre más sabe de dios menos cree en él” se refiere al conocimiento obtenido por medio de la ciencia, la historia, la filosofía, la lógica y la problemática humana actual.  Tanto la antropología como la historia nos dan una serie de datos y conocimientos históricos –valga la redundancia- sobre las creencias humanas. Cuáles han sido los dioses que el hombre ha adorado alguna vez, cómo adoraba a otros dioses en otros tiempos, por qué adoraban a esos dioses, etc., son datos de invaluable calidad que sirven para hacer una comparativa entre el fenómeno de la fe, tanto moderna como de antaño.

 Así pues, el ateo a menudo se da cuenta que no hay diferencias importantes entre el culto a Yahvé y el culto a Ra, Ganesha, Tlaloc, Odín, Hades o cualquier otro dios de los cientos en que el ser humano ha creído alguna vez. Se da cuenta que el fervor, la fe y la defensa a favor de esa fe, no es diferente de otros tipos de fe y sus respectivas defensas. Comparar por ejemplo, la fe judeocristiana con la fe india (mal llamada hinduísta) nos hace darnos cuenta que no hay nada que un cristiano pueda argumentar en contra de los dioses indios, así como el indio  no tiene mayores argumentos contra el dios judeocristiano.


 Si un credo no es capaz de defender sus fundamentos y hacerlos ver “superiores” de manera evidente, ¿por qué creer entonces en ese credo y no en otro? El hecho que un teólogo no sea capaz de responder esta pregunta  de manera satisfactoria es una fuerte razón que utilizan los ateos para despreciar las creencias religiosas. 
Ahora, en tanto a la problemática humana actual, los ateos miran sufrimiento, hambre, desastres, guerras, cambios climáticos… y se preguntan, ¿puede un dios todo bondad y todo poderoso dejar en el sufrimiento a sus más adoradas creaciones de este modo? Muchas veces se responde que las calamidades en las que vivimos a diario,  o son causadas por nuestro libre albedrío u ocurren porque este mundo es “gobernado por Satanás”.

 
Tanto una como otra afirmación no tienen sentido alguno, ya que si es por el libre albedrío ¿acaso Dios no sabía que utilizaríamos ese “regalo” para destruirnos entre nosotros, y de paso, al planeta? Y si la respuesta es el gobierno de Satanás ¿no sabía Dios que Satanás se creería más que él e intentaría hacer que el ser humano –especie a quien tanto ama Dios por cierto- se perdiera en el pecado? Las respuestas suelen ser: "Dios obra de formas misteriosas” o “tenemos fe en un mundo mejor”. Cuando en un debate se presentan semejantes tonterías, el ateo simplemente recuerda que una buena carcajada vale más que 1000 silogismos.

Si a esto le agregamos que explicar algo con la palabra “dios” no es otra cosa más que decir “no sé, tengo flojera de pensar”, podemos entonces asegurar, con buen fundamento y con alto grado de certeza, que sí, yo soy ateo gracias a dios... a los miles de dioses.

SI TE INTERESA ESTE TEMA

*"Un Manifiesto Ateo", de Sam Harris.  Una explicación breve de cómo las calamidades demuestran o que dios es cruel o que probablemente no existe. Traducido al español en Razón Atea

*Romper el hechizo. La religión como fenómeno natural, de Daniel Dennett, Edit. Katz, 2006.

lunes, 17 de octubre de 2011

Los Fallos del Creacionismo, parte V: La paradoja del Diseñador y otros problemas

Estamos por terminar con esta serie de artículos que cariñosamente dedico a todo aquel que diga que la evolución es solo una teoría o que no existen pruebas empíricas para demostrar la veracidad de la evolución. No se desanimen, aun falta –por lo menos- un artículo más sobre esta serie, la cual ha sido la más larga que he hecho hasta ahora y espero que la hayan disfrutado.

Si aun no la han disfrutado toda, píquenle aquí, aquí, aquí y aquí para ver las 4 partes anteriores y así puedan disfrutarlas.

Una de las objeciones principales contra la teoría de la evolución, y contra la ciencia en general, por parte de creatas y otros tipos teleológicos, es que de ser verdad cosas como la evolución, la sopa primordial, la co-acreción o el big bang, entonces –según ellos- la vida ya no tendría sentido. De acuerdo a esta idea, si no hay una especie de creador invisible en los cielos que, aunque no lo veamos, esté ahí cuidándonos, entonces la moral no tendría fundamento, las personas no tendrían razón de existir y el universo seria totalmente ilógico por que nadie lo creó. De modo que, más que una objeción racional, esta es una objeción emocional basada en una palabra: sentido.
Si dios existe, entonces la vida tiene sentido; si no existe, la vida es algo irracional y carece de sentido. ¿Por qué? La verdad, yo no lo se. Vivo sin un dios personal y así he vivido los últimos años de mi corta vida, y siendo franco, han sido esos últimos años los que más felicidad han traído a mi vida –por varias razones personales que no explicare aquí por que simplemente, no es el tema-, y tengo muchas razones para seguir vivo por mucho tiempo mas; y si, ninguna de esas razones es dios.
Aunque esta idea del “debería haber” o “debería ser” obviamente no es una razón ni una explicación a “lo que es”, muchas personas viven encantadas con ese “debería”. Entre esas personas se encuentran los amigos creacionistas.

No es ningún secreto ni ninguna novedad el hecho de que, si la evolución no incluyera en su explicación al hombre, seguramente no tendríamos debates entre creacionistas y los “malvados evolucionistas”. Si la evolución fuera una teoría que solo explicase el mecanismo de adaptación de animales, plantas y demás seres vivos, excepto seres humanos, los creacionistas del diseño inteligente no andarían por ahí nombrándose “científicos creacionistas”. El creacionismo simplemente no existiría. Pero, ¿qué no era la evolución de las especies lo que atacan y repudian los antidarwinistas del DI? Aunque aseguren que su luche es contra la “pseudociencia darwinista” y contra el “materialismo científico”, su verdadera lucha es contra el duro golpe que causa la evolución al orgullo de la humanidad antropocentrista.

La evolución, junto con la ciencia en general, despoja de todo privilegio al ser humano en la creación. Nada en el ser humano, su inteligencia o el planeta en el que vive es especial en el universo. La Tierra no es el centro de todo –aunque nofalta el chiflado que aun asegura que si lo es-, y nosotros no somos los adorados “hijos de papi” del Creador y no tenemos razones ni pruebas para pensar que hubo un creador. Por esta razón, los creacionistas y demás grupos antievolucionistas odian tanto al demoniaco Darwin y su diabólico libro de 1859.

Como vemos pues, el ataque creacionista no es racional, sino emocional –o algo parecido-. Sin embargo, hacen de la retorica su mayor arma, utilizando sofisticadas palabras y un lenguaje rayándole al lenguaje científico y filosófico-intelectual, para así hacer ver a sus ideas como algo mas que unos bonitos anhelos de fe. Un creacionista, en su objeción contra este articulo bien me podría decir, “solo estas utilizando ataques ad hominem y no demuestras que el creacionismo sea mentira ni que la evolución sea verdad”. En parte, tienen razón y en parte se equivocan. Tienen razón al decir que con todos estos artículos no e demostrado la veracidad de la evolución, pero eso es por que el objetivo de estos artículos no es difundir un hecho científico, sino el denunciar un movimiento pseudocientífico como es el creacionismo con todo y su alias “diseño inteligente”.

Yo no soy biólogo –aunque, si me gustaría serlo. Viéndolo bien, debí de haber escogido biología en vez de filosofía ¿no creen?- para hablar de las pruebas de la evolución, de eso se han encargado los científicos desde hace poco mas de 150 años. Si usted se interesa por lo que es la evolución, cómo funciona y que razones tienen los biólogos para creer que la teoría tiene un fundamento en los hechos, estudie biología o lea algunos libros buenos sobre el tema como “Las Musas de Darwin” de José Sarukhán o “Los Dragones del Edén” de Carl Sagan –entre otros títulos de divulgación científica-. Así que tienen razón amigos creacionistas, yo aquí no me e ocupado de demostrar la veracidad de la evolución, ni me ocupare –por ahora- de ese asunto. En cambio, me he ocupado de intentar mostrar los fallos lógicos, científicos y filosóficos con su postura  cuya base es única y exclusivamente la fe basada en el cristianismo (hablando del mundo occidental. También hay creacionistas islámicos basados en el Corán).

En fin, una vez aclarado el punto, me gustaría aclarar uno más. En este capitulo me centrare en un “tipo” especifico de creacionismo, para así refutarlo –tal y como lo piden señores creatas-. En esta ocasión analicemos por un momento al llamado movimiento del Diseño Inteligente o DI, por sus siglas; para sus partidarios, son “una cosa aparte” de los creacionistas, para los escépticos, no son mas que una corriente refinada de creacionistas. Por años, los movimientos antievolución habían denunciado la poca evidencia que supuestamente tiene la evolución y que la evolución no es algo científico, sino que solamente es un “asunto de fe”. O sea, solo intentaban comparar a la evolución con su corriente de pensamiento, mas no aseguraban que la idea de la creación fuera un hecho científico –aunque siempre denunciaron que el creacionismo se debe enseñar en las clases de historia y ciencias naturales-.

Con un aire igual de fundamentalista como el de hace medio siglo –y mas atrás-, con intenciones militantes de entrometerse tanto en la política como en la educación publica, los creacionistas –aunque suene irónico- “evolucionaron” en sus tácticas de persuasión, incluyéndose la etiqueta de “científicos”. Así pues, continuaron –y continúan- diciendo que la evolución no es ciencia, sino fe, pero esta vez aseguran que hay “razones científicas para creer que el universo fue diseñado por alguien”. Para apoyar tan insostenible afirmación, recurren algunos de los conceptos más modernos de la pseudociencia –pero nada nuevo en el debate del darwinismo-: la complejidad irreductible y el principio antrópico. Si lo se, yo también me impacto cuando alguien menciona esas cosas en su platica; parece algo que solo un científico que se la pasa horas en un laboratorio entendería ¿o no?

De manera breve, la complejidad irreductible –término acuñado por el partidario del DI Michael J. Behe- no es más que una forma de decir “argumento del diseño”. De forma más simple, el concepto se refiere a que los organismos vivos aparentan tener una complejidad en su fisiología, comportamiento y mecanismos biológicos, que es básicamente imposible el pensar como es que tan perfectas maquinas hayan evolucionado de otras “maquinas” mas simples. La complejidad irreductible asegura que órganos como el corazón o el ojo, o incluso organismos como los flagelos, son tan complejos que es ridículo pensar que pudieron haber evolucionado, por que –según esto- si le quitas una parte a esa “maquina” entonces ya no podría funcionar, por lo tanto, la evolución por selección natural, como un proceso de “ensayo y error” que dura millones de años simplemente no pudo ocurrir en la vida terrestre. Suena interesante, complejo y aparenta ser un argumento científico, pero como se habrán dado cuenta –espero que si-, he utilizado dos veces la palabra “aparenta”, y es ahí donde se encuentra la falla de la complejidad irreductible. La idea de que la vida “aparenta” una complejidad irreductible, es comparable con la idea de que la Tierra “aparenta” ser plana ante nuestros ojos. Una cosa son las apariencias, otra muy distinta, es la realidad. Y en realidad, sabemos que la evolución no consiste en “quitar y poner” pedazos de una maquina, y en tal caso que fuéramos maquinas irreductibles diseñadas por un diseñador, este diseñador hizo un trabajo horrible, pues el diseño es defectuoso. Ejemplo de ello son las muelas del juicio y el coxis, los cuales no sirve para nada; y lo que la evolución nos muestra de éste ultimo, es que es una cola reducida por la selección natural, mientras que las muelas del juicio son un remanente de una boca con mas dientes para masticar alimentos crudos y raíces duras. Como homínidos bípedos erguidos, la cola –que brinda equilibrio y soporte a los animales que la tienen- nos resulta inútil, por lo que los genes encargados de su crecimiento simplemente se “apagan”. Un ejemplo mas es el bello de nuestro cuerpo. ¿Alguien se a preguntado para que nos serbia hace millones de años y el por que hoy es inútil biológicamente hablando? En fin, somos –de ser verdad- productos de un diseñador poco inteligente.

La complejidad irreductible, reduciéndola –paradójicamente- hasta un punto de simplicidad, nos permite ver que su argumento descansa en lo que es aparente para nosotros. La argumentación de la complejidad irreductible de Behe no es más que una actualización del viejo argumento del relojero.
Ahora, ¿Qué es eso de principio antrópico? Dejando de lado la biología, algunos partidarios del DI, junto a apologistas y teólogos, argumentan que el universo y sus leyes físicas tienen un ajuste fino, casi como si el universo estuviera preparado –y diseñado- para hacer que la vida exista. Los partidarios de esta teoría interesante aseguran que las leyes de la física son tan perfectas y tan “benévolas” con la vida, que el universo simplemente tuvo que haber sido ideado por alguien. Lo que los creacionistas aseguran por supuesto, es que ese alguien es dios.

El principio antrópico ciertamente da mucho que pensar. Por ejemplo ¿Por qué las leyes de la física son tal como son y no de otra de manera? Esta pregunta, simplemente queda fuera del alcance de la especulación científica; posiblemente nunca sabremos el por que, o posiblemente no existe ese por que. De igual modo, nunca sabremos si en realidad no hay un por que, y así hasta el infinito. La física responde a esta pregunta con un desalentador “no lo se”. La filosofía, rebasa sus especulaciones hasta alcanzar respuestas metafísico-ontológicas, las cuales, solo quedan en la especulación creativa de un pensador desquehacerado. Mientras que los teólogos y apologistas responden y gritan: “¡Ese ‘por qué’ es Dios sin duda alguna!” Los creacionistas, adoran las respuestas teológicas, así que se quedan con ese grito. Desde luego, los problemas surgen entre teólogos y apologistas cuando se pregunta ¿Cuál dios es la respuesta a ese ‘por qué’ y por qué ese dios es la respuesta al ‘por qué’ inicial?

Sin embargo, los partidarios del DI “escapan” de esta problemática al quitar la palabra “dios” y cambiarla por “diseñador inteligente”. Una vez secularizado el término, la pregunta de cuál diseñador, es ridícula y no tiene lugar. Empero, el diseño inteligente –y el creacionismo en general- no es capaz de responder un problema fundamental: si todo tiene una causa –un telos, como decimos en las clases de filosofía- y si todo fue diseñado, entonces ¿quién diseñó a nuestro diseñador? Traducido “en cristiano”,  si todo fue creado ¿quién creó al creador? Los creatas comunes y los teólogos y teístas en general, responden que esa pregunta es ridícula, por que dios “es la causa última y no necesitó de ser creado, ya que él es eterno”; por supuesto, para mí, alguien que responda algo como eso es  algo bastante ridículo. ¿Qué razones tenemos para pensar que el “dios creador” de nosotros es la causa ultima y no el dios creador del dios que nos creó; o el dios que creó al dios que creó al dios que nos creó y así hasta el infinito? Probablemente nos responderían un “por que un dios creador de dios creador de dios creador de dios…” es estúpido. Nosotros podríamos contestar “Es cierto, pero eso aun así, no es razón para pensar que el dios que nos creó es la causa ultima”. ¿Qué obtendremos como respuesta? Un brinco al principio del debate, pues nos responderá: “la razón es por que dios es la causa última” y usted preguntará, otra vez, lo mismo, a lo que le responderán lo mismo y volverán al inicio, a menos que uno de los dos llegue aceptar la postura del contrario. Lo cual es bastante improbable –uno por convicción [el creacionista] y otro por conocimiento [el herético evolucionista]- .

Como vemos, solo es un razonamiento circular y no una explicación real. Si a eso le agregamos el problema de que no tenemos razones para pensar que hubo una “creación” o un diseñador, simplemente no veo como podría sostenerse una tesis de este tipo.
Conclusiones: el creacionismo del diseño inteligente, aun secularizándose y utilizando palabrería técnica, sigue siendo un movimiento anti evolución que sigue utilizando los mismos argumentos obsoletos e inválidos que utilizaba el creacionismo hace 150 años; prueba de ello es el capitulo que Darwin dedica a sus detractores en El Origen de las Especies. Las afirmaciones y argumentos siguen siendo los mismos y siguen siendo tan falsos hoy como lo eran hace 150 años.

El diseño inteligente, aunque lo niegue, sigue siendo una vertiente de la pseudocientífica “ciencia creacionista”, solo que evita las palabras “Dios”, “Biblia” o “Yahvé”; pero sigue siendo un movimiento antidarwinista que de científico no tiene nada. Sin embargo, el debate sobre el principio antrópico –junto con el entendimiento correcto de la evidencia científica de la evolución y la retorica creacionista-  involucra conceptos y definiciones algo complejas. Tal vez demasiado como para quedarse solo con un artículo de humilde calidad hecho por un estudiante humilde y desquehacerado como yo. Así que como siempre digo: ¡Estudien, profundicen, pregunten, duden con duda razonable! Pero sobre todo, nunca dejen que nadie piense por ustedes.

SI TE INTERESA ESTE TEMA
* El Mito delFlagelo, un articulo de Mark Perakh que refuta la pseudociencia de la complejidad irreductible, traducido en días recientes por ChileSkeptic.

*El CasoCientífico contra Dios, ensayo de Víctor Stenger, es una interesante reflexión sobre la improbable existencia de un creador o “diseñador inteligente”. Traducido al español por el blog de Fernando G. Toledo, Razón Atea.

*La sección El Diseñador poco Inteligente, del blog de divulgación científica y denuncia a las pseudociencias, La Ciencia y susDemonios, muestra de manera clara y divertida los fallos del Diseño Inteligente y su nula mentalidad científica.

*La versión traducida de El Diccionario Escéptico contiene las entradas delArgumento del Relojero, vistos desde una perspectiva critica. Sin embargo, las versiones mas actualizadas y completas de esta enciclopédica obre de pensamiento crítico se encuentran en su enlace original en inglés.

*El Espejismo de Dios, de Richard Dawkins, Editorial Espasa, 2006. Dawkins explica el cómo la evolución, como hecho científico, demuestra que no hay un diseño inteligente en la naturaleza.

domingo, 16 de octubre de 2011

"Disculpe señor curandero, ¿por qué dice que debo confiar en usted mas que en la ciencia?"

Si algún día decides ir con un homeópata, un quiropráctico, un acupunturista o un chaman, no te quedes con las ganas de preguntarle justamente el por qué deberías confiar en sus afirmaciones y terapias mas que en las terapias y tratamientos de la medicina científica –que por cierto, esta ultima, tiene pruebas de peso para confirmar y validar lo que dice-. Pídele una razón o un argumento, ya que creo que seria demasiado pedirle una prueba.
Ojo, si el “terapeuta alternativo” te da alguna de las siguientes afirmaciones, tendrás la oportunidad de descubrir el fraude que hace pasar  por medicina.

1.      “No es malo confiar en la ciencia, pero es tan valida como la terapia X que te presento. Además yo te ofrezco una alternativa natural”. Esta será quizás una de las “argumentaciones” mas usadas, y debemos poner atención en que no es un argumento, sino dos afirmaciones: la primera afirmación (la ciencia es tan valida como la terapia alternativa X) es una afirmación sin fundamento. Medicinas alternativas como la homeopatía, la orinoterapia, la herbolaria y la naturopatía –entre muchas otras-, aunque reclaman una y otra vez su efectividad y por tanto, su “igualdad” con la ciencia,  carece de evidencias y estudios que den prueba de tal afirmación. Si a eso le agregamos que muchas de estas pseudomedicinas ni siquiera tienen un fundamento en el pensamiento critico de la ciencia, sino en el pensamiento mágico de la superstición y el dogma, será mas que evidente que es una mentira; un autoengaño, si es que el terapeuta magufo se lo cree.

La segunda afirmación (mi alternativa es una alternativa natural), no es mas que un fiasco de afirmación, común de los vendedores de productos milagro. Si usted utiliza una breve pero directa argumentación retorica –o sea vacía, sin argumentos, referencias, ni evidencias- y le agrega la palabra “natural”, tendrá seguro más de un cliente en su bolsa. La idea de que con extractos de alcachofa o la “esencia” de una fruta infinitesimalmente diluida te curara o te ayudara a tener una mejor salud, carece de razonamientos para sostenerse. Además que tal afirmación hace ver a la palabras “química” o “ciencia” como algo  artificial, dañino, peligroso o incluso “antinatural.” Nada más falso, pues la química, y la ciencia en general,  está en todas partes. Las sustancias activas de los medicamentos –los verdaderos medicamentos- que se extraen de plantas o derivados animales, los cuales son naturales, son sustancias químicas, por que todo en la naturaleza es, prácticamente, química. Tal y como asegura el divulgador científico, Martin Bonfil Olivera, “hasta el agua pura es pura química”. Los medicamentos de la medicina científica no son medicamentos hechos de algo “antinatural”, sino de sustancias y compuestos químicos, es decir de la naturaleza.

2.      “Los Alópatas te tratan como una ficha o un numero sin sentimientos. Pero yo no trato enfermedades, trato personas”.  Nuevamente nos encontramos no con un argumento, sino con dos afirmaciones difíciles de sostener una vez razonadas. Para empezar, esa etiqueta de “alópata” es un agregado retórico muy utilizado por homeópatas para hacer creer que la medicina basada en la ciencia está en el mismo nivel que la medicina alternativa “homeopática”. El primer término [alopatía] significa que algo se cura con lo diferente, mientras que el segundo [homeopatía] que se cura “con lo similar”. Esto es una ilusión total, ya que no existe tal “igualdad de competencia” entre ciencia y pseudociencia. la primera se basa en hechos y pruebas públicamente verificables, mientras que la otra se basa en anécdotas, interpretaciones, supersticiones y mucha credulidad. Una vez aclarado esto, concentrémonos de nuevo en las afirmaciones.

La primera (los médicos – ¡no son alópatas, el termino es insultante para muchos médicos científicos!- tratan a los pacientes como fichas sin sentido), puede ser, hasta cierto punto cierta, por desgracia. Y es que los casos de malos tratos y negligencia médica no son la excepción sino la norma en los hospitales civiles. Sin embargo, esto no tiene nada que ver con la eficacia de las terapias y tratamientos que se ofrecen. Por supuesto, un ser humano en su humana conciencia, le importara un comino lo que los datos digan; lo que le importa es ser tratado humanamente y eso es totalmente comprensible. De hecho, muchos médicos comprenden esta problemática, por lo que muchos médicos verdaderos luchan por hacer que esta visión fría y arrogante  de la medicina se disminuya tanto entre la sociedad y entre los médicos. Así, podemos ser capaces de encontrar infinidad de casos de médicos que se preocupan por sus pacientes, no como números o fichas, sino como seres humanos. El asunto de la negligencia y el mal trato por parte de médicos arrogantes es un asunto ético, y debemos tener en cuenta que el que un curandero nos hable bonito no significa que lo que nos dijo es verdad.

La segunda afirmación (los terapeutas alternativos tratan humanos, no enfermedades) es cierta en dos sentidos distintos. Es cierta en el sentido que los curanderos se llegan a relacionar íntimamente con los pacientes; pero también es cierta que no tratan enfermedades, ya que no son médicos, sino curanderos y por tanto, no se que estaría haciendo usted al hacerle caso a uno de esos tipos.

3.      “Las Industrias farmacéuticas y los laboratorios son monopolios dogmaticos y controladores de la salud, y no permiten la libertad de praxis medica”. Esta es una sola afirmación, que llega a una conclusión non sequitur, es decir una conclusión falsa. De manera formal, el argumento se traduce así:

*premisa 1: las empresas de la salud son monopólicas y dogmaticas.
*premisa 2: las empresas controlan la salud en las grandes naciones.
*conclusión: por tanto, la medicina alternativa X es verdad.

Como vemos, la conclusión no se deriva de las premisas y por tanto no es una conclusión valida ni verdadera. Pareciera que se sacó la “conclusión” de la manga de un mago.

Para empezar, los productos médicos de la industria “monopólica y dogmática”, antes de ser sacadas al mercado son sometidos a rigurosas pruebas, no hechas por empresarios, sino por científicos que, por cierto, saben de pruebas científicas. Pruebas como las de doble ciego por ejemplo, las cuales se aseguran de demostrar la eficacia de un medicamento. La idea de que la medicina científica es una mega conspiración para hacer negocio es absurda, ya que de ser cierta, entonces los médicos empezarían a utilizar en todos los hospitales las terapias alternativas para “acrecentar el negocio”. Esto simplemente no sucede.

Esta idea, más que una argumentación, es una provocación sin sentido que no demuestra nada, salvo un intento desesperado por atraer clientela crédula. Pero eso no es todo, pues si miramos los millones de pesos que se gastan en el país por medicinas alternativas pseudocientíficas y productos milagro fraudulentos, miramos un verdadero negocio descarado.

Si la medicina científica en verdad fuera un negocio redondo y ese fuera su único objetivo, deberíamos agregar que su “negocio” al menos se asegura de salvar la mayor cantidad de vidas posible, mientras que los pseudocientíficos, hasta donde nos dan las estadísticas, NUNCA han curado a nadie y en cambio, se aprovechan de la buena fe y la desesperación –o la esperanza- de personas incautas, para hacer su ‘agosto’ de la ignorancia.

4.      “Puede que la ciencia funcione, pero lo que te ofrezco también funciona”. Esta es la más simple afirmación entre todas las que se pueden imaginar. Decir, la ciencia funciona pero mi producto también, puede ser un argumento valido, y cuando algún terapeuta haga esta afirmación usted puede responder: “¿en serio? ¿Tiene pruebas de la eficacia de su terapia?” el curandero, si no tartamudea, dirá muy orgulloso que muchos de sus clientes lo recomiendan por que él los curó o los ayudó con su salud. Esto sin embargo no es un argumento o una prueba, y se convierte una afirmación irrelevante. Usted no está preguntando si alguien lo recomiendan como terapeuta o si alguien puede dar testimonio de la terapia alternativa X; usted está preguntando por pruebas que demuestren la eficacia de esa terapia. Las anécdotas no hacen ciencia y no son prueba de nada.

 El que una persona crea o suponga que un tratamiento alternativo lo curó, no es prueba de que ese tratamiento alternativo en verdad lo curó. Muchas personas creen que pasarse un huevo crudo por el cuerpo libra de las “malas vibras”; mientras que otras creen haber visto a pie grande en Norteamérica o a un plesiosaurio en Escocia, y eso no demuestra que las malas vibras existan o que exista un primate de dos metros en un bosque o un animal prehistórico en un lago.

Otro aspecto importante sobre el valor nulo del testimonio, es que no importa si es un testigo o si son miles. El número no hace más valido el testimonio.
Un testimonio es tanta prueba así como mil testimonios. Es decir, no prueban nada.


5.      “la ciencia es una mentira, todo lo que aseguran es falso y todo es un fraude bien hecho que te puede dañar. Ejemplo de ello, los casos de autismo por vacunas”. Esta afirmación –nuevamente no es un argumento- es otra provocación sin sustento, gritada a los cuatro vientos actualmente por aquellos que se dicen ser anti-vacunas principalmente. Los grupos anti-vacunas son un ejemplo de la amenaza de la pseudociencia a la sociedad; la pseudociencia es un peligro a la salud y la integridad del ciudadano, cuando se hacen afirmaciones de este tipo.

 En primera, la idea que el autismo es causado por las vacunas tiene su origen en un estudio que, se demostró, era un fraude.

Afirmaciones de este tipo generadas por la anticiencia no solo carecen de fundamento, sino que además son muy peligrosas. Sabemos que inventos de la ciencia, como las vacunas, han salvado miles o incluso, millones de vidas. Esto es notable cuando encontramos que enfermedades mortales de hace unos siglos, fueron casi totalmente erradicados o combatidas por las vacunas y los antibióticos.

Otro ejemplo es el caso del Sida. Mientras hace un par de décadas era una enfermedad mortal en la que no mucho se podía hacer, hoy en día tenemos una cantidad impresionante de conocimientos sobre el virus que la causa; y dicho conocimiento nos ha dado las herramientas para hacer que el sida ya no sea tan mortal en tan poco tiempo. Ahora los infectados de sida, con los medicamentos correctos, pueden vivir una vida normal hasta envejecer sin presentar problemas graves. Esto es solo un paso pequeño. Aun la ciencia continúa investigando, descubriendo, conociendo;  y en una de esas investigaciones bien podríamos tener la respuesta a la cura de esta y de otras enfermedades virales. Mientras tanto, los anticientíficos siguen asegurando que la medicina, con todo y sus productos, son un verdadero peligro sin fundamentos sólidos.

El verdadero peligro aquí, son las personas que afirman tonterías  de este tipo y que, desgraciadamente, son escuchadas. Representan un peligro para la sociedad y para ellos mismos.
Estas son pues, a mi consideración, las respuestas más comunes con las que se hallaran al preguntarles a pseudoterapeutas y anticientíficos ignorantes, el por qué es mejor confiar en ellos y no en la ciencia. Por supuesto, quedarse solo con estas afirmaciones, es limitar la creatividad humana; estoy muy seguro que se podrían encontrarse  con mas de 20 afirmaciones distintas para confiar mas en la pseudociencia que en la ciencia.
Una cosa más a considerar, es que cuando usted haga esta pregunta a su magufo favorito, posiblemente éste le preguntara: ¿Por qué debería creer en la ciencia?  A lo cual, usted puede responder: por que la ciencia no es asunto de creencia, es asunto de conocimiento y de demostración.

SI TE INTERESA ESTE TEMA
*El sitio web Quackwatch, posé información precisa y fácil de digerir sobre fraudes en la salud y el peligro de algunas pseudociencias.

*El sitio oficial del Consejo Nacional Contra Fraudes en la Salud de EEUU, contiene artículos monográficos y boletines actualizados sobre pseudomedicinas.

*El blog mexicano Sin Dragones en el Garaje contiene artículos interesantes sobre fraudes y curanderismo en nuestro país.

*El grupo Sobrenatural.net publica de forma periódica artículos sobre críticas a los productos milagro y otras estafas.

*El libro y blog El Médico Escéptico, da un repaso simple pero documentado por la charlatanería en la salud.

miércoles, 12 de octubre de 2011

¿Es la pseudociencia una cuestión científica?

La pseudociencia es un fenómeno mundial, tan antiguo como la ciencia misma –quizás incluso mas vieja que la ciencia misma-. Es, al igual que la ciencia, las artes, la religión o la filosofía, una manifestación de la cultura, es decir, una manifestación de la humanidad.

Mientras la ciencia y la filosofía pueden definirse como las manifestaciones humanas del saber y del conocimiento, a la superstición, el mito, la religión y la pseudociencia podríamos clasificarlos como las manifestaciones de los miedos, los anhelos, las esperanzas irracionales de la humanidad. Son de forma simple, las manifestaciones de la ignorancia y el desconocimiento.

En estos momentos estoy terminando de leer un libro, cuya lectura me ha resultado de lo más sabrosa: La Ciencia por Gusto. Una Invitación a la Cultura Científica, del divulgador científico mexicano, Martín Bonfil Olivera. El libro es un excelente compilado de reflexiones de este gran divulgador de la UNAM sobre lo que es la ciencia, para qué sirve –o mejor dicho, cuál es su objetivo-; qué es la filosofía de la ciencia y en qué medida ayuda a la ciencia; cómo es que la sociedad mira a la ciencia;  así como también lo que no es ciencia y lo que es anticiencia, entre otras reflexiones (algunas sobre ciencia ficción, religión y ciencia, cultura y demás).

El libro me dio muchos temas en qué  pensar. Por ejemplo, sobre cuánto confiamos en la ciencia y si en realidad sabemos diferenciarla de otras áreas no científicas o incluso anticientíficas. Algunos temas sobre los que ya antes había reflexionado como ¿es dios una cuestión científica? ¿Cuáles son los límites de la ciencia? ¿Vale la pena luchar contra la pseudociencia y la charlatanería del curanderismo y lo paranormal? Entre algunas otras cuestiones. Sin embargo, también me dio para pensar sobre algunas cosas en las que no me había puesto a reflexionar. La cuestión que más me llamó a una reflexión fue precisamente con la que titulo este artículo: ¿es la pseudociencia una cuestión científica? Dicho de otra forma, ¿son las pseudociencias objeto de estudio de alguna ciencia? Después de pensar un rato, me di cuenta que no existe nada de “pseudocientificologías” o algo por el estilo en el mundo científico que se dedique al estudio del mundo pseudocientífico (no me ha tocado escuchar de sociología de la pseudociencia, y solo de un par de años para acá es que se comienza hablar de historia y filosofía de la pseudociencia).

La cuestión es similar a preguntarse sobre otras áreas en las que no vemos tan presente el espíritu de la investigación científica, tales como las cuestiones de la moral, la estética, la metafísica o la religión. Si bien es cierto que algo como la religión puede ser estudiada desde el ojo de varias ciencias como la antropología, la psicología, la sociología y la neurología, sabemos y tenemos en cuenta que la cuestión de dios en específico, es una cuestión no científica, ya que la ciencia se encarga de estudiar lo real, lo medible y lo empíricamente perceptible. Eso desde luego, no evita que podamos ver a la cuestión de dios desde perspectivas científicas. No todo en el mundo es una cuestión de ciencia, pero no hay nada en el mundo que no pueda ser cuestionado desde la ciencia. Así como la cuestión de dios, cosas como la astrología, el creacionismo, la parapsicología o la ufología pueden ser criticadas desde una perspectiva científica, pero eso no implica que alguna ciencia se ocupe de alguna pseudociencia.

Así como el fundamentalismo religioso y el fanatismo deben ser combatidos con las armas de la racionalidad (la ciencia y el pensamiento crítico), del mismo modo la pseudociencia y la anticiencia no pueden dejarse acrecentar en la sociedad sin que la divulgación científica no haga la lucha. Esta lucha contra la irracionalidad y la ignorancia en todas sus manifestaciones, no es una problemática del tipo científico, sino una problemática social: un problema con la educación, que debe ser combatido con la duda del escepticismo, la rigurosidad del método científico y las reflexiones del pensamiento critico.

sábado, 8 de octubre de 2011

Los Fallos del Creacionismo parte IV: Perdidos con el Eslabón Perdido

Así es como los creacionistas y los libros incompetentes de primaria ven a la evolución














Definitivamente ustedes pensarían que ya con tres partes del mismo tema sería bueno dejar por la paz a los creacionistas del diseño inteligente, ¿cierto? ¡Pues NO! Claro, ustedes podrían preguntar "¿por qué no? ya para que sigas con tu vida y superes a las choradas creacionistas". La respuesta es muy simple. Como persona, respeto las creencias y opiniones de todos, pero ODIO cuando creencias personales las llegan a hacer ver ante los demás como ciencia. O en palabras simples: ¡Odio las Pseudociencias!

Entre las nuevas pseudociencias que plagan a la comunidad se pueden nombrar a los grupos anti-vacunas, los idealistas dawkinianos de la genética mental, los médicos homeópatas, productos milagro, cazadores de ovnis, negacionistas del cambio climático, mercaderes del supermercado new age... y los creacionistas militantes. Todas estas manifestaciones de la pseudociencia representan un peligro potencial a la sociedad y en especial a la educación, así como a la correcta divulgación de la ciencia y el pensamiento crítico.

En México, los médicos homeópatas, los productos milagro y el supermercado de la new age pueden verse como las principales nuevas pseudociencias que tienen a los medios de comunicación y -por supuesto- al público idiotizados, digo, hipnotizados por esta propaganda de lo absurdo. El creacionismo en México es un tema brumoso pero es sin duda una amenaza latente para la educación científica; y aunque casi no se escucha sobre creacionistas por aquí, lo cierto es que la evolución es enseñada de una forma tan pobre y burda que me atrevería a decir que 8 de cada 10 estudiantes de preparatoria conocen el principal mecanismo de la evolución: la selección natural. El poco entendimiento de la evolución -aunque sea de la forma más básica- hacen de este país un potencial caldo de cultivo para la semilla creacionista. Algunos podrían decir sin embargo, que esa amenaza educativa se ve frenada por la creencia dominante del catolicismo... y en parte es cierto. Los escasos difusores del anti-darwinismo se ven en las filas de los testigos de Jehová, los protestantes, evangélicos y demás denominaciones que mas que nada, son puras sectas comparadas con el monstruo del catolicismo.

Empero, la mayoría de los que son católicos -de nuevo estoy especulando, no tengo estadísticas que corroboren lo que digo-, podríamos llamarlos católicos de etiqueta, ya que son 'católicos' de dientes para afuera. Muchos de ellos no tienen idea de los ritos y dogmas de la fe católica o simplemente no les interesa y ven a su religión mas que nada, como algo con lo que deben cumplir por pura tradición. En fin, después dedicare un artículo al catolicismo, pero al punto al que quería llegar, es que con esta combinación de ignorancia, desinterés y pésimas clases de biología, no veo cómo los divulgadores de la ciencia mexicana no toman en serio al creacionismo militante. Ese es un problema que esperemos se arregle en el futuro, por mientras veamos que quiere decir estar perdidos con el eslabón perdido.

No hay preguntas tontas, solo tontos que hacen preguntas

Si usted se encuentra con un creacionista -ya sea de forma directa o por la red-, y defiende la evolución como un hecho científico,  lo mas seguro es que le haga algunas de estas preguntas como estas: si el ser humano evolucionó del mono, ¿por qué aun hay monos? ¿por qué los un mono no tiene de vez en cuando un ser humano? o ¿cómo sabes que el hombre evolucionó si ni siquiera estabas ahí? Algunas veces podrían aparentar ser mas 'inteligentes' y preguntar cosas como: ¿Dónde están las pruebas empíricas de macroevolución? o lo que es lo mismo ¿Tienes evidencias de fósiles transitivos? Seguramente podría tener una primera impresión de esa persona como alguien que en verdad podría tener conocimientos sobre el tema. Pero esa es justamente la intención, solo aparentar. Las tres primeras preguntas no son mas que derivados de la primera, mientras que las últimas dos se resumen con de manera simple con esta otra pregunta: ¿Tienes pruebas de un eslabón perdido?

Contestemos en orden. Dijimos que las primeras tres preguntas se reducen a: ¿Por qué aun hay monos si el hombre evolucionó de los monos? La pregunta es evidencia de la completa ignorancia de esa persona respecto a la evolución humana, por que de saber sobre evolución, sabría que la teoría evolutiva NO dice que el hombre desciende de los monos, sino que los monos -entendiendo a los primates actuales- y el humano son parientes, primos cercanos que descienden de un ancestro común que vivió hace millones de años y que daría la diversificación de los primates tal y como la vemos hoy. "Ok [podría responder el creacionista], ¿y que pruebas tienes de eso?" Usted podría responder que se cuenta con un registro fósil detallado y bien estudiado, junto con evidencias genéticas, así como pruebas de embriología y anatomía comparadas además de amplios estudios sobre biogeografía. A todo esto, lo más seguro es que solo se objete a una cosa, la primera afirmación: la del registro fósil.

Fósil del Tiktaalik
El creacionista, probablemente, le preguntará ¿tiene usted pruebas de un fósil transitivo? Ante esto podríamos responder que sí. Un ejemplo es el llamado Tiktaalik, una criatura que vivió hace 375 millones de años. El Tiktaalik muestra una serie de escamas y aletas iguales a la de los peces; pero tiene una serie de rasgos anfibios: un cráneo plano, cuello, costillas robustas. El Tiktaalik es un fósil de transición, pues muestra una separación entre las especies hasta entonces existentes.  ¿Con esto demostramos que la evolución es cierta ante el creacionista? La respuesta es un grandísimo No. El creacionista seguramente preguntara, "okTiktaalik y los peces?" la respuesta mas inteligente es un "¿qué?" y es aquí donde el creacionista dirá "¡Aha! no hay pruebas de un fósil transitivo entre anfibios y peces así como tampoco entre humanos y simios".

La clave para entender lo que pide el creacionista es el lenguaje. Podríamos preguntarle qué es para él un fósil transitivo, y nos respondería -probablemente- que un fósil que muestre el punto intermedio de los peces y los anfibios (o sea un pez-anfibio) o de los monos y humanos (un mono-hombre). Aquí es donde encontramos la inconsistencia y falta de cultura científica de esta persona, ya que lo que nos pide es un eslabón perdido. De acuerdo a este tipo de creacionistas -por que los hay de muchos tipos, en variados colores y sabores- el  encontrar un eslabón perdido daría la prueba de que la evolución es verdadera. Mientras no se encuentre el eslabón perdido, la evolución está perdida como teoría por que -según ellos- está incompleta. Este burdo error se le conoce de muchas maneras. Algunos lo llaman ignorancia, otros lo llaman creacionismo ingenuo, algunos mas como el argumento del coco-pato... pero en términos formales parece mas correcto denominarlo falacia del fósil.

En el genial blog de pensamiento crítico, La Ciencia y sus Demonios, nos traducen la definición de falacia del Fósil -un término creado por el escéptico Michael Shermer- como "la creencia de que un único fósil —un solo bit de datos— constituye la prueba de un proceso multiforme y complejo como la secuencia histórica. De hecho, las pruebas se derivan de la convergencia de numerosas líneas de investigación. Son múltiples inducciones independientes que, todas juntas, apuntan a una conclusión libre de error”. La táctica del fósil transitivo en el creacionismo no se refiere en absoluto a lo que el paleontología se denomina fósil de transición, sino al término obsoleto del siglo XIX de eslabón perdido. Esto solo puede ser el resultado del poco entendimiento del proceso de evolución.

La historia evolutiva de la Ballena es otro ejemplo rico en fósiles de transición y sin eslabones perdidos


Resulta ser que las especies evolucionan -es decir, cambian- si así es necesario para la supervivencia de la propia especie. Las adaptaciones evolutivas que forman a una nueva especie ocurren a través de cientos o miles de generaciones por miles o millones de años. Un cocodrilo no dará a luz un pavo real y un chimpancé tampoco dará un humano. Las adaptaciones que hicieron a los humanos, justamente, humanos, así como las adaptaciones que hicieron a las especies tal y como son ocurrieron a través de largas secuencias de ensayo y error de pequeños cambios o adaptaciones -conocido en veces como microevolución-, que después de acumular una cantidad de adaptaciones distintas a las de la especie con la que empezamos dan como resultado una nueva especie -lo que se llama en veces macroevolución-. Un creacionista podría decir que no hay pruebas que muestre que la microevolución da como resultado la macroevolución, a lo cual lo mas inteligente que hay que responder es un "si usted lo dice".
 
De responder de otra forma nos llevará a un círculo vicioso con la falacia del fósil, pues no importa cuantas veces se le explica o se le muestre, usted jamás convencerá a un creacionista que las pruebas de la evolución son prácticamente irrefutables. El creacionismo, al igual que toda pseudociencia le importa muy poco la argumentación lógica correcta y las evidencias que, juntas, muestran un proceso que hoy en día nadie en la ciencia cuestiona por su peso en pruebas, evidencias y hechos que explica.

SI TE INTERESA ESTE TEMA

*La Entrada Eslabón Perdido, de El Diccionario Escéptico, ofrece una explicación simple sobre esta idea obsoleta de la ciencia

*El Blog de La Ciencia y sus Demonios muestra semana tras semana artículos nuevos que refutan una y otra vez las falacias de los creacionistas, entre ellas, la falacia del fósil.

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