sábado, 23 de julio de 2011

Elogios de la Pseudociencia

Hace unos días estaba leyendo en un blog anti-pseudociencias una nota sobre la terapia alternativa más nueva: La acupuntura integral que, a diferencia de la acupuntura de la medicina tradicional china, consiste en colocar al paciente en una camilla de clavos como la de los faquires de la India. Se supone que con esto debe aliviar malestares y enfermedades, a pesar que no tiene ningún principio medico verdadero e ignorando el hecho que los clavos de la camilla ni siquiera perforan la piel para ayudar al ‘flujo energético del chí’ –como asegura la acupuntura tradicional-, sumando también la una pequeña cosita, pero muy importante: los faquires no son mas que prestidigitadores que de sobrenaturales no tienen nada.

En fin, un cuento mas que agregar a la gigantesca lista de pseudociencias. Pero hoy no voy hablar de la irracionalidad y potencial peligro que éstas representan a la sociedad; tampoco voy a hablar de la actitud a-crítica y dogmática que presentan cosas como el creacionismo, la ufología, la homeopatía o la astrología. Dicen que cada cosa y cada persona tienen su lado bueno, su lado malo y su lado feo. Creo que existe información de sobra que habla sobre el lado malo y feo de las pseudociencias. ¿Pero cuanta información hay sobre el lado ‘bueno’ de la parapsicología, la cerealogía o el psicoanálisis? Realmente muy poca.

Si usted es una persona propensa a creer en cualquier cosa y distorsiona la información y las opiniones de los demás para justificar su creencia, será mejor que lea otros artículos del blog. Si usted es un escéptico que no tiene miedo de gritar “las pseudociencias son tontas”, pero que además tiene una mente abierta, olvídese de prejuicios hacia mí y continúe leyendo. Si usted es una persona común, siga leyendo para después juzgar.

Como es bien sabido, las pseudociencias presentan una serie de características únicas para identificarlas:

Primero. Son dogmáticas, pues funcionan bajo una o varias afirmaciones que, aunque hayan sido refutadas y descartadas una y otra vez, jamás cambia su opinión. Siempre es la misma afirmación. Un ejemplo simple: “lo semejante se cura con lo semejante, pero diluido miles de veces”. De este modo son por completo acríticas.

Segundo. Solo se las tragan personas con poco o ningún conocimiento científico. Las pseudociencias nunca tienen, ni tendrán, un verdadero impacto en la ciencia, de modo que no acuden a los científicos sino al público en común para así, encontrar adeptos. Ejemplo: “la biblia es científicamente exacta, mientras que la evolución no tiene bases verdaderas.”

Tercero. Siempre se harán ver como conocimientos científicos o verdaderos. Ejemplo de esto: “Diet Ring es un anillo magnético que utiliza también los principios de la acupuntura. Sus resultados están CIENTÍFICAMENTE comprobados” o “científicamente hablando, usted necesita desintoxicar su cuerpo. El producto X lo ayudará hacerlo.”

Cuarto. Las pseudociencias son las principales promotoras de la anticiencia y la superstición. Cualquier conocimiento científico o cualquier duda critica presentada a un pseudocientífico, probablemente le contestará, o que la ciencia no puede explicarlo todo y que por tanto su afirmación es correcta; o que la ciencia es solo una forma  fe mas. Habrá quien diga que la ciencia es una religión. Mi ejemplo favorito, es el cómico mundo del creacionismo y del Diseño Inteligente.
Estas características básicas que se pueden detectar de manera obvia con un poco de pensamiento crítico, nos llevan a características obvias solo cuando son refutadas: son irracionales, carecen de validez científica o filosófica, no presentan ningún reto o problema a la ciencia, son un peligro para que las personas piensen de manera critica y en varios casos son la fuente del fanatismo, la intolerancia o de incluso la muerte. Las pseudociencias son un problema público internacional que no debería ser ignorado. (si se me pasó alguna característica importante, por favor háganme saber con un comentario.)

Con todo esto, ¿Qué tipo de mente retorcida podría encontrar algo para elogiar a esta lista vergonzosa de irracionalidades? Tal parece ser que mi mente retorcida es la ideal para elogiar a las pseudociencias. Aunque sea tantito.
Y es que debo hacer una confesión. Sin cosas como los ovnis, la criptozoología y los cazafantasmas, probablemente no estaría hablando de todo esto. Y probablemente nunca me hubiera apasionado, como me apasiona hoy en día, el conocimiento y el pensamiento crítico.

Cuando tenia cerca de 10 años –hace no mucho tiempo-, no podía perderme un solo video de los que presentaba en ese entonces Carlos Trejo en Otro Rollo; en dos años, nunca me perdí una mesa de Adame, en la que ‘investigadores paranormales’ exponían sus ‘pruebas’ de fantasmas, ovnis y duendes; recopilaba en mi computadora, información de todo tipo de avistamientos de monstruos como pie grande, Nessie o el chupacabras; me fascinaba la idea de que pudiera mover objetos con la mente, leer el pensamiento de los demás o de comunicarme con los muertos.

De manera simple, soñaba con ser un investigador paranormal fundando mi propio grupo de cazafantasmas. ¿Todo un sueño de niños? Si. ¿Sueño inútil o irracional? No lo creo. En aquel entonces, como ahora, lo que me interesaba era saber, y nada más que saber la realidad de aquello que me apasionaba. Mi ‘pasión infantil’ me llevo a buscar por mi mismo respuestas a las preguntas que me había planteado. Con el tiempo, encontré más y más razones para dejar de creer en todo lo relacionado a lo paranormal. No encontré ni una prueba de casas encantadas, monstruos chupasangre o naves alienígenas

Un mundo que, a pesar de ser un gran destructor de mitos, era un mundo para descubrir maravillas que aun la pseudociencia mas fantástica haya soñado. Pero lo mejor de ese mundo es que no era solo un sueño de niños.

Así pues, llegamos al lado bueno de la pseudociencia. Puede ser lo más irracional que exista en la cultura; puede ser un peligro para la salud, la ética y el progreso científico; puede ser dogmática y ser la fuente de intolerancia y superstición. Pero la pseudociencia es una fuente magnifica de despertar la curiosidad a un niño.
De preguntarse ¿será real? ¿Cómo sabemos que eso es real? ¿Qué es la realidad? ¿Cómo conocerla? Una curiosidad que, apoyada siempre con el matrimonio del escepticismo y el asombro, puede llevar a un niño a sentir pasiones, anhelos y sentido de maravilla por el mundo. Una curiosidad bien alimentada, ayuda enormemente a una sociedad tan sumida en el prejuicio, el miedo, la irracionalidad y la superstición. La curiosidad es un elogio para toda pseudociencia.

Saber preguntar las preguntas correctas y responderlas con respuestas correctas, y complementarlas con un sano escepticismo, son las claves para mirar en las pseudociencias sus lados buenos, malos y feos.

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*El Mundo y sus Demonios, de Carl Sagan, Editorial Planeta, 1995

jueves, 21 de julio de 2011

Cientificismo y Pseudoescepticismo: Usos y Abusos

¿Pseudoescépticos o escépticos que molestaron demasiado
al mundo magufo?

Desde que publiqué mi artículo sobre el pseudoateísmo, noté una polémica muy curiosa que gira en torno a las definiciones de las palabras así como a su uso en el mundo práctico. Con varios puntos de vista y con sus respectivas afirmaciones –algunas demasiado extraordinarias-, por ahora el asunto de los Pseudoateos y los ateos magufos lo dejare por la paz, considerando que me expliqué bien el punto de vista personal. Muy personal, quizás con errores de argumentación, pero un punto de vista que traté de hacerlo de la manera mas objetiva mirando las dos caras de la moneda en el debate.

Mientras que el debate de ateos y "pseudoateos" continúa en las redes sociales, me gustaría llamar la atención a otros términos interesantes y discutidos. Ejemplos de esto: la diferencia entre ciencia y el cientificismo, y entre cientificismo y pseudociencia. Un caso interesante y particular es la diferencia entre escepticismo –el escepticismo científico- y algo llamado pseudoescepticismo.

Con tantas palabras parecidas pero opuestas entre sí, es confuso y tedioso tener que diferenciarlas una por una. En mi escasa experiencia personal, me han llegado a llamar filosofista (que en otra ocasión explicare) y pseudoateo (solo miren los comentarios de mi articulo del pseudoateísmo), y desde luego me han tachado de cientificista (aunque más de una ocasión me he identificado como tal, más adelante explico por qué).  Y prácticamente toda organización dedicada a la promoción del pensamiento crítico, la lucha contra las pseudociencias y la denuncia de los abusos religiosos han sido tachadas de pseudoescépticos totalitarios, dogmáticos e ignorantes. En fin, parece ser que cualquiera que se meta en estos temas –o con sus defensores- se arriesga a que lo llamen de todo.

Debido a que no quiero hacer esto demasiado largo, me voy a dirigir a dos definiciones que bien podrían hacer que una persona que se interese en estos asuntos se confunda y caiga en errores y sesgos comunales: me refiero  a los términos cientificismo y pseudoescepticismo (o escepticismo patológico para los "cuates").

Hoy en día se puede dividir al cientificismo en sentido débil y fuerte. El primero, según el escéptico Michael Shermer, es una “visión científica del mundo que abarca las explicaciones naturales para todos los fenómenos, evita especulaciones sobrenaturales y paranormales, y abraza el empirismo y la razón como los dos pilares de una filosofía de vida adecuado para una Era de la Ciencia.”

El sentido fuerte del cientificismo es el que produce problemas y confusión entre las personas. En repetidas ocasiones me encontré con alguna que otra persona que creo se merece, con todo y honores, ser llamado cientificista en el sentido fuerte de la palabra. De manera simple, el cientificismo fuerte es el punto de vista contradictorio que afirma que solo las afirmaciones científicas son verdaderas. De acuerdo a esto, la ciencia es capaz de resolver todas y cada una de las cuestiones de la vida, la historia, la humanidad, el universo, la ética, etc, etc, asegurando un carácter dogmático a la ciencia y expulsando cualquier otra herramienta para cuestionarse sobre el conocimiento en sí (tales como la historia, la lógica y la filosofía). Esta postura no es científica y por tanto el cientificismo no tiene sentido o no es més que un falso argumento. Si todo es cuestión científica, el cientificismo debería ser objeto de la ciencia, pero no es así con lo que falla ante su mandato divino número uno –todo es cuestión científica-. Cosas como la ética, la política, el arte o la historia no pueden meterse a un  tubo de ensayo; tampoco existen leyes matemáticas incuestionables para predecir los movimientos sociales, culturales o económicos (aunque desde luego, eso no significa que no se pueda investigar de forma científica sobre estos asuntos, lo cual es muy distinto).

Con esto deberíamos tener claro que la ciencia es básicamente como Carl Sagan decía “una forma de pensar. Una forma de interrogar de manera escéptica al universo” y no una clase de método inamovible e incorrupto que nos da todas las respuestas a todas las preguntas que queramos plantear. La ciencia es sin duda la mejor forma para interrogar el universo, pero no es la única. Mucho menos  es una fuente de verdades absolutas.

El término pseudoescepticismo, por otra parte, es un tanto más curioso y tiene una historia interesante. La palabra se puede utilizar para designar a las personas que se dicen escépticas de tal o cual asunto o afirmación, pero que en realidad son negacionistas de ese tema. Algunos aseguran ser "escépticos" del calentamiento global, del VIH/SIDA, del holocausto o de la evolución, cuando lo único que hacen es asegurar que alguno de estos asuntos es un mito, un engaño o una conspiración. Desechan toda evidencia y aseguran que no existen pruebas que sustenten el hecho. Eso es pseudoescepticismo.  De esta manera, es correcto llamar pseudoescépticos a los negadores del holocausto o a los conspiracionistas que piensan que el hombre nunca llegó a la Luna, ya que su postura no se basa en la evidencia existente o el método científico, ni en el pensamiento crítico.

En el mundo magufo, sin embargo, la palabra pseudoescepticismo es usada para asegurar que la comunidad científica es cerrada de mente y nunca aceptaran afirmaciones de la parapsicología, la ufología o las medicinas alternativas, por el simple hecho (según esto) que presentan prejuicios ante temas de este tipo y ya han creado una opinión antes de mirar la evidencia.

Los primeros sentidos del cientificismo y el pseudoescepticismo no presentan ningún problema con el pensamiento crítico y el análisis escéptico de la ciencia. El problema surge cuando charlatanes y pseudocientíficos utilizan estos términos para desprestigiar a sus detractores. Se vuelven, según ellos, escépticos de los escépticos. Argumentan que las comunidades escépticas no son más que negocios, que retos como el de James Randi de un millón de dólares son un fraude y que aunque según ellos exista evidencia de lo paranormal, los escépticos jamás las aceptaran. Retorciendo el viejo ataque ad hominen, aseguran que los argumentos de los escépticos, por ser muchas veces sarcástico son ataques ad hominem.

Con el lema de ser de "mente abierta", prefieren asegurar ser agnósticos respecto a la homeopatía, las abducciones, las hadas o la cuestión de Dios. Algo irónico es que son los promotores de todas las ideas pseudocientíficas los principales en llamar a organizaciones como la Skeptic’s Society, al CSI o al ARP-SAPC, una bola de organizaciones pseudoescépticas. Lleno de mentes cerradas, arrogantes, cientificistas y prejuiciosos miembros que deben conocer poco sobre los temas paranormales y por eso no creen en lo paranormal. Esto suena tan parecido a lo que me dice mi abuela cuando hablo de las mentiras y contradicciones de la Biblia: “como no conozco la Biblia, la fe cristiana y a Dios, hablo mal de todo esto”. Esta afirmación, tanto con mi abuela como con los magufos, no permite argumentación de otro tipo, ya que decir que por ejemplo mi abuela no conoce el Corán o el libro de Mormón, y que por tanto no conoce de religión, conlleva a la conclusión por parte de mi abuela que soy una persona cerrada. Fin de la discusión.

Afirmar que uno es un pseudoescéptico cientificista, no es un argumento, es una provocación totalmente ignorable, pues cualquier refutación que se le dé, es una "prueba" de ser un pseudoescéptico cientificista. Esto es justamente lo que hacen supuestos debunkers como los pocos miembros del SCEPCOP, o del blog los Escépticos, Vaya Timo. Basta con mirar algunos de los artículos y referencias que se tienen en estos sitios para darse cuenta que es una defensa a charlatanes y creencias sin fundamento, disfrazados con el halo de ser "escépticos y científicos". Lobos vestidos de ovejas.

La mejor forma, tanto para no caer en pseudoescepticismo, el cientificismo fuerte o la charlatanería que abusa de estas palabras, es el correcto conocimiento y uso del  método científico y las interminables cuestiones que plantea siempre el pensamiento crítico.

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*Science is not your enemy, artículo de Steven Pinker donde muestra una reflexión clara del abuso peyorativo de la palabra cientificismo, traducido al español en el blog De Avanzada.

*El Diccionario Escéptico contiene buena información y enlaces completos sobre el cientificismo.

*El Wiki-Proyecto, Rational Wiki tiene abundante información sobre el uso correcto y tambien del uso abusivo de la palabra Pseudoescepticismo, además de información crítica sobre el SCEPCOP y demás verdaderos abusadores del pseudoescepticismo.

martes, 19 de julio de 2011

Tributo a los Terápodos. Muy Interesante

Hace un rato que me registré como seguidor del sitio virtual de la revista de divulgación científica -y por cierto, mi revista favorita-, Muy Interesante.

En su sitio web, se puede disfrutar de las imágenes mas espectaculares tanto del cosmos como del mundo microscópico; de las ultimas noticias en ciencia, tecnología, cultura y sociedad; así como de videos por demás muy interesantes como éste que comparto con ustedes.

Por supuesto, tienen que comprar la revista para estar mas enterados sobre los dinosaurios terápodos, mis depredadores prehistóricos preferidos.

Sin mas anuncios comerciales que agregar, espero disfruten del video.

jueves, 14 de julio de 2011

¿Nosotros contra Ellos?

 Astrólogos tanto en programas de entretenimiento, así como en todo tipo de periódicos; curadores y chamanes vendiendo sus productos con impunidad; fundamentalistas religiosos afirmando que sus creencias son ciencia, y que la ciencia es solo creencia; programas de radio y televisión promocionando todo tipo de charlatanerías paranormales de la new age; profetas esperando ver el reconocimiento de las masas… cada vez que prendo el televisor, escucho la radio o veo notas por internet, es obligatorio el mirar, por lo menos, algún tipo de promoción de alguna pseudociencia, creencia paranormal o supersticiosa; algún producto milagro, alguna carta astrológica, algún psíquico ‘ayudando’ a las personas… todo esto me hacen pensar y preguntarme si, realmente vale la pena luchar contra la charlatanería y sus promotores magufos.
¿Vale la pena realmente despojar a las personas de sus creencias irracionales? La gran mayoría de mis amigos y familiares, me han respondido con diferentes palabras. Me dicen por ejemplo: “cada quien que quiera creer lo que quiera”, “cada cabeza es un mundo”, “aunque mis creencias fueran una mentira preferiría seguir creyendo esa mentira por que me hace feliz”, “hace falta la fe por que si no, como decidir si algo es bueno o malo”, “nunca lograras cambiar a nadie”, etc., etc. Aunque con distintas palabras, cada uno me responde lo mismo: no vale la pena la divulgación del conocimiento ni la lucha contra la irracionalidad por que esta seguirá existiendo.
Algunas veces tienen razón al decirme cosas como, “cada cabeza es un mundo” o “nunca lograras cambiar a nadie”. Recuerdo que una vez, mi madre –fiel creyente católica- mientras le comentaba lo nuevo en el mundo del pensamiento crítico, puso una cara de ‘que molesto’, y me dijo que no importa cuanto ataque a Jesus –como si pudiera atacar a un hombre inexistente en nuestros días-, que lo han atacado por 2000 años y nunca han podido con él. Conversaciones como esa, me recuerdan las frases del principio del párrafo. Por supuesto, no suelo estar de acuerdo con esas opiniones, pero son ejemplos excelentes del por que las personas prestan poca atención a un mensaje de algún escéptico o de un ateo.
No es que la charlatanería no sea irrefutable, es que las personas no comprenden el verdadero problema. Son testigos de cosas como las campañas de activismo ateo, promocionando la laicidad de las naciones, la libre expresión, la educación científica y la investigación escéptica de las reclamaciones de los dogmas religiosos, y sin embargo, lo miran como un ataque hacia ellos. Muchos dentro de las comunidades de libre pensadores y escépticos, realmente hacen creer que se trata de una guerra de “Nosotros contra Ellos”. Como si tuviéramos que combatir a los cristianos, los musulmanes o los judíos –en el caso de los ateos militantes-; o a los simpatizantes de ovnis, los creyentes en fantasmas, o los adeptos de las terapias alternativas. Las personas llegan a considerar ofensivo la simple palabra de ateo, libre pensante, escéptico o pensador crítico. Miran con recelo y –paradójicamente- con escepticismo, sin siquiera saber que con esa postura toman una postura escéptica. Es decir, eligen dudar de las afirmaciones, de aquellos que parecen autoridades en ciencia y sin darse cuenta llegan a ser escépticos del escepticismo científico, filosófico y teológico.
Con esta postura, fruncen el seño ante cualquier cosa que pueda decir un escéptico de sus creencias. Prefieren alzar la voz y gritar ‘¡No es Cierto!’, sin siquiera haber escuchado la argumentación. Todo por que ven al pensamiento critico y a la indagación científica como ataques e insultos hacia ellos. En el caso de los ateos militantes, la cosa no es mejor. “Que Dios te salve por que yo no puedo”, es lo que dicen y piensan muchos que, indignados por los heréticos y blasfemos ateos, deciden aferrarse con mas dureza a sus creencias sin importar lo que esos blasfemos digan. No importa con que ‘ataquen’ a esa persona, ella simplemente no escuchará.
En facebook, un grupo de cristianos indignados se hace famoso denunciando ‘las ofensas que se hacen a Cristo’. Si, el grupo del que hablo se hace llamar Yo denuncio las paginas que Ofenden a Cristo, un grupo creado y administrado por un joven de 19 años, de quien no daré su nombre, pues no busco represalias hacia nadie con este escrito. Este grupo hizo que facebook cerrara uno de mis perfiles por ser un perfil falso –se llamaba justamente Escéptico de Jalisco- y por ser “ofensivo y difundir mensajes de odio”. Nunca pudieron decirme ni señalarme que cosa había dicho o publicado que incitaba el odio y la ofensa. El perfil simplemente desapareció. El lema del grupo, es básicamente, Nosotros contra Ellos. Hoy en día, facebook cuenta con la antítesis de ese grupo y de nuevo, el mismo lema de Nosotros contra Ellos se hace oír. Si ellos denuncian y cierran perfiles de aquellos que se autodenominan ´libre pensadores’, por qué no denunciar a esos denunciantes.
El lema del grupo Yo Denuncio, es uno de los lemas que cada vez escucho con más frecuencia, y que cada vez mas, me convenzo que esta idea falsa es la causante de que la lucha contra la irracionalidad parezca marginada en la sociedad. Se repite tantas veces, en muchos casos de manera inconsciente, que incluso los detractores piensan que se encuentran en una guerra contra los creyentes. Concuerdo que muchas veces las palabras de algunos libre pensadores pueden llegar a ofender a alguno. La razón de esto es que tanto el libre pensante como el creyente se miran casi con odio. En algunos casos, podríamos comparar este sentimiento con el sentimiento de odio hacia los musulmanes por parte de los cristianos en tiempos de las cruzadas; o del odio por parte de los nazis hacia los judíos.
Quizás puedo escucharme bastante exagerado con estas comparaciones, pero lo cierto es que al no poner atención a esto que empieza a generarse, que es un recelo entre creyentes y no creyentes, bien podría convertirse en algo parecido a las cruzadas o la Alemania nazi.
No se trata de ser ellos contra nosotros, tampoco es un ellos o nosotros; se trata de un ellos junto a nosotros, o de un ellos y nosotros. no se trata de una lucha contra los creyentes, se trata de una lucha contra las creencias dañinas y carentes de verdadero sentido; no se trata de un guerra contra los religiosos y los pseudocientíficos, se trata de una guerra contra las afirmaciones de las religiones y las pseudociencias; no se trata de una guerra humano contra humano, se trata de una guerra de humano contra irracionalidad y ayudar al humano; no se trata pues, de una guerra de ‘sabiondos escépticos’ contra ignorantes, se trata de personas con argumentos y razones contra la ignorancia.
No hay tal guerra de nosotros contra ellos, por que al combatir a ellos, nos combatimos a nosotros también. Por que ellos, son seres humanos al igual que nosotros. Caemos justo en lo que queremos combatir: en la arrogancia, la irracionalidad y el prejuicio y los hacemos pasar por racionalidad y coherencia. Esto es lo que se llama ignorancia. Peor es cuando alguien más nos demuestra este punto y preferimos aferrarnos a nuestras convicciones. Es aquí donde se crea el nosotros contra ellos, la batalla mas tonta que conozco. No es racionalidad contra irracionalidad. Tampoco es conocimiento contra ignorancia. Esta batalla se vuelve irracionalidad contra irracionalidad, ignorancia contra ignorancia.
Estando así los ‘oponentes’, ¿acaso podría ganar alguno? Muchos ateos se sienten los mayores y mas libres pensadores, viendo al mundo entero hundirse en absurdeces religiosas. Muchos científicos y filósofos ven al mundo lleno de ignorancia, y todo lo que hacen es menospreciar al prójimo por no tener el conocimiento que ellos tienen. Muchos divulgadores escépticos se sienten orgullosos de su escepticismo, y sin darse cuenta caen más fácilmente en el autoengaño.
No busco ofender a nadie. Tampoco busco demostrar que los demás son más tontos que yo, por que tal cosa absurda seria caer en el mismo juego. Lo que busco, es que cada uno de nosotros, creyentes o no,  Piense.
Consejos que parecen de Abuelito
A los ateos, piensen en su ateísmo. A los creyentes, piensen en su creencia.
Si deciden ser ateos, busquen ser ateos no anti-religiosos. La anti-religión, es una convicción que está condenada a la marginación. Si el ateísmo es sinónimo de anti-religión, entonces el ateísmo está condenado al fracaso y probablemente al olvido. No se trata de mostrar que un creyente es un idiota por creer, ya que en realidad no lo es. Un creyente es un ser humano inteligente, capaz de defender creencias tontas con inteligencia –tomando en cuenta que la inteligencia es la capacidad de resolver un problema o un embrollo-.
Si deciden ser creyentes, en vez de preguntarle a un ateo el por qué no cree en dios, pregúntense primero el por qué ustedes sí creen en dios.  Sí, tienen toda la libertad de creer y nadie les va a quitar esa libertad. También tienen el derecho de profesar su fe y darla a conocer. Pero así como son libres de creer, tienen la misma libertad de cuestionar en lo que creen sin temor a la discriminación, pues el ejercicio de la duda es para saber la verdad, y nada más que la verdad; dudar no es malo, lo malo es nunca dudar. Así como tienen derecho a profesar su fe, tienen el mismo derecho de acceder a la información sobre su fe desde todos los ángulos y cuestionarse mirando las dos caras de la moneda. Aquel que no quiere dudar ni pensar sobre su fe, humildemente le pido, yo un común y corriente estudiante de filosofía: no haga pasar su fe por conocimiento ni pensamiento. Mucho menos como una alternativa al conocimiento, por que solo se engaña a si mismo y muchos lo verán como un verdadero tonto que no sabe distinguir creencia de conocimiento.
A los escépticos, piensen en su escepticismo. Y a los magufos, piensen en lo que afirman y creen.
Si decides ser escéptico, piensa y reflexiona. El escepticismo es mas que una convicción o una postura; es una forma de pensar,  una forma de vida. Pero también es una responsabilidad, pues el escéptico cuestiona, analiza, investiga, duda y critica con crítica argumentada y racional. Un buen escéptico es aquel que mantiene un equilibrio entre el asombro y la mente abierta a nuevas posibilidades y el escrutinio escéptico. Como bien dice una celebre frase: hay que tener la mente abierta y a la vez ser escépticos. Pero no demasiado abierta la mente como para que se nos caiga el cerebro, y no demasiado escépticos como para no ver una buena idea. El correcto equilibro entre estos, junto con el sentido de fascinación por la realidad son las herramientas de un buen escepticismo sin prejuicios.
Si decidiste ser Magufo, es decir, creer reclamaciones paranormales, esotéricas, místicas, metafísicas, supersticiosas y/o sobrenaturales, piensa un momento en esto. Piensa en lo que crees y piensa el por qué crees en eso: ¿Es acaso por que así es la realidad o por que te gustaría que así fuera la realidad? Si así fuera la realidad, ¿por qué razón personas coherentes presentan tan coherentes argumentos y evidencias en contra de esa ‘realidad’? ¿No podría ser acaso que vez la realidad como te gustaría que fuera y no como es? ¿No podría ser acaso que eliges ver así a la realidad por que te hace feliz o te reconforta, y no por que así sea la realidad? Responder de inmediato estas preguntas es no pensar en ellas y volver a caer en ese juego circular del no quiero pensar.
Se bien que todo esto parece mas un consejo que daría un anciano, que el escrito crítico de un auto declarado escéptico. Se bien, que si hay alguien apropiado para aconsejarnos en alguna parte, yo seria el menos indicado. No represento ninguna autoridad, tampoco soy un erudito del conocimiento. Soy solamente, un ser humano común y corriente –algunos dices que mas corriente que común-, igual que mas de 7 000 millones de seres humanos que habitan la Tierra.
Somos cada uno, miembros de la misma sociedad. Pertenecemos cada uno de nosotros a la misma especie: Homo Sapiens, que significa Hombre Sabio. No puedo asegurarlo, pero estoy seguro que aquella persona que nombre científicamente al ser humano, Homo Sapiens, no fue por que éste elija creer en vez de saber; no creo que halla sido así por que al Homo Sapiens, le guste estar en contra de otros Homo Sapiens; tampoco creo que se halla nombrado así por que el Homo Sapiens sea idiota. Se nombro así al Homo Sapiens por que se caracteriza de las demás criaturas del reino animal, por su capacidad de pensar, de razonar y de creer.
Aun la creencia más tonta, tiene una defensa inteligente –aunque esto no signifique que sea una creencia inteligente-. Todos vivimos en el mismo planeta, llevado a través del universo en una de miles de millones de galaxias. Cuando miramos a la Tierra desde el Espacio, no vemos la diferencia entre naciones; mucho menos entre creyentes y no creyentes. Miramos un planeta azul, prístino y maravilloso llevando a toda esa vida a través del Cosmos.
Con tanta elegancia y maravilla, me es difícil comprender por que algunos tienden a buscar lo improbable y lo sobrenatural para maravillarse. Pero sin importar lo que pueda pensar de esas creencias, se bien que lo mejor es seguir luchando para que mas personas sean capaces de pensar en las maravillas de la naturaleza, en la complejidad de la vida, en las complicaciones y problemas de la sociedad. No busco hacer que todo el mundo piense igual que yo, busco que todo el mundo piense; quizás de manera diferente a como yo pienso, pero que al final elija pensar y no solo creer.
Yo no escribo ni mucho menos pienso para utilizar mi pensamiento contra alguien. Yo escribo y pienso para hacer que otras personas puedan pensar. Si tú eres capaz de pensar y piensas en todo esto, la idea del nosotros contra ellos se vuelve inútil, sorda e irrelevante. Todo lo que eres capaz de pensar es que quieres mirar a otras personas pensar por si mismas.
Las personas piensan por si mismas cuando usan la razón. Y cuando una persona aprende a usar la razón, piensa por toda su vida.
Yo no invito a seguir una lucha de ateísmo y escepticismo militantes contra los magufos y religiosos. Yo invito a seguir luchando con escepticismo y ateísmo militante contra las pseudociencias, el misticismo, el fanatismo religioso y la irracionalidades a-críticas de la cultura new age.
En algún momento dijo un sabio –cuyo nombre para su mala suerte no recuerdo- que “conviene que se enfrenten las ideas, para que así no tengan que enfrentarse los hombres”. Yo agregaría que conviene que se enfrenten las ideas para que así, seamos capaces que todos y cada uno de nosotros poder sentirnos humanos.
La lucha por la divulgación científica y la difusión de valores basados en la racionalidad contra la charlatanería y la deshonestidad, es una lucha para el beneficio de todos.

miércoles, 6 de julio de 2011

Pseudoateos y Ateos Magufos, las definiciones inexistentes

Cada vez se produce con mayor frecuencia una disputa dentro de las redes sociales de ateísmo que reflexionan sobre la definición y el concepto de ateísmo, en qué se basa o en qué debería estar basado; así como también se ha buscado  establecer  lo que es y lo que no es un ateo.

Personalmente, me ha tocado comentar y debatir algunos escritos y reflexiones que, siendo solo eso, reflexiones aparecen como una especie de ley o guía para ser un ‘buen’ ateo o algo parecido.

Los escritos y sus autores, llaman a los ateos que no están de acuerdo con sus ideas como Pseudoateos. Otros son llamados ateos magufos.

Los primeros –los Pseudoateos-, de acuerdo a esto, son personas que parecen ateos pero que en realidad no son ateos. ¿Cómo sabemos que no son ateos? Pues, porque suelen creer en algunas cosas que son irracionales o pseudocientíficas, como: las medicinas alternativas, las teorías de la conspiración, los monstruos como pie grande o Nessie, los ovnis… o cosas como el romanticismo, el destino y demás por el estilo. Y tal vez estaría de acuerdo en llamarlos Pseudoateos si tan solo creyeran en algún dios.

Cuando utilizamos las palabras pseudo (falso) y ateo (sin dios o no creyente en dioses), no debe referirse a las personas que crean en cualquier cosa menos en dioses, sino  a las personas que creen en cualquiera cosa, incluyendo los dioses, y que se hagan pasar por ateos, es decir, personas que no creen en dioses.

Así las cosas, algunos autores en las redes sociales señalan también que el ateísmo debe estar basado solo en la ciencia y nada más que en la ciencia. Todo lo demás, de acuerdo a ellos, no es verdadero ateísmo y aquellos que no basan su ateísmo exclusivamente en la ciencia son ateos magufos.

La palabra magufo no es más que un sinónimo de creyente en fenómenos paranormales, supersticiones, monstruos, ovnis, místicos, poderes mágicos y todo aquello que resulte sobrenatural y absurdo. Y bueno, estaría de acuerdo con esto de llamar a alguien "ateo magufo" si tan solo la ciencia fuera absolutamente perfecta, infalible, indiscutible y la única fuente de conocimiento certero y probable. PERO NO LO ES. ¿Que hay de la filosofía, la historia, la lógica y el simple sentido común? Algunos incluso me llegaron a decir que aquello que no es ciencia o que no está probado por la ciencia, es pura metafísica.

El problema con esto, es que la ciencia no es absoluta, tampoco perfecta. Por supuesto es la mejor  herramienta objetiva para tener un conocimiento verdadero, pero no es la única herramienta. Si tuviéramos una caja de herramientas, la mejor sería el martillo 'ciencia'; pero el que sea la mejor no excluye las demás herramientas ni mucho menos las suplanta. Al igual que una caja de herramientas, las humanidades, la lógica, la historia y la ciencia, se complementan una a la otra con el único fin de saber la verdad, sea cual sea. ¿Y donde queda el ateísmo? ¿No se supone que también complementa a esta caja de herramientas? La respuesta es un gran NO, le duela a quien le duela. 

El ateísmo no es una ciencia, tampoco es una corriente filosófica o un método lógico. El ateísmo es una postura personal a la que se puede llegar de mil y un maneras. Desde llegar a la conclusión que dios no existe porque el mundo es injusto con nuestras vidas –algunos piensan así, yo no- hasta por el sentido de maravilla que provoca la observación del universo.

Mi problema con los conceptos de pseudoateísmo y ateos magufos es muy simple. Los ateos son una comunidad. ¿Así o mas simple? Bien, explico: una comunidad se diferencia de una sociedad al ser heterogénea, es decir que sus individuos no son iguales –en este caso- en cuanto a creencia respecta. Muchos ateos de la comunidad atea son pensadores filosóficos, otros son conocedores y divulgadores científicos; algunos más pueden ser una combinación de ambos. Pero otros más, son personas que llegaron a ser ateos quizás por convicción, quizás por sentido común, quizás incluso por accidente. Eso no hace que no sean ateos, solo hace que nuestra comunidad tenga una gran diversidad socio-cultural. El ateísmo no es una religión, por eso es que la comunidad atea es heterogénea; no es una asociación de personas que consideran dogmas como verdades indiscutibles -o por lo menos esa es la idea-.

La idea de que la ciencia es atea o apoya el ateísmo es una idea falsa, que defienden enérgicamente aquellos que utilizan las palabras pseudoateísmo y ateísmo Magufo. Principalmente, creo yo, este error se debe a que estas personas no comprenden que la ciencia, aunque solo hay una, se apoya en muchas herramientas de nuestra caja del conocimiento. 

Herramientas como el pensamiento crítico, la metodología del análisis lógico, el conocimiento y la comprensión de la historia y la cultura y las reflexiones filosóficas, son solo algunas de las mas indispensables. Es cierto, la ciencia puede cuestionar y responder de manera apropiada a cuestiones que la filosofía o la historia no han podido responder. La ciencia puede cuestionar todo, pero eso no significa que todo sea una cuestión científica.

Ejemplo de esto es la cuestión de dios. Aunque los científicos preguntan, dudan, afirman, niegan y critican afirmaciones sobre los dioses, esto no vuelve a dios una cuestión de ciencia. La ciencia se encarga de cosas reales no de falsos palpables. La ciencia se ocupa del mundo físico, material, perceptible; no del mundo idealista, espiritual o imperceptible. Por esto mismo es que la ciencia no niega ni afirma nada en cuanto a dios y lo sobrenatural se refiere

La ciencia solo ignora la idea de lo sobrenatural porque lo sobrenatural es una respuesta innecesaria para explicar el mundo natural y social. La ciencia es escéptica, pues seguirá cuestionando e investigando quizás por el resto de la existencia humana. La ciencia se complementa con herramientas útiles, no aplasta a ninguna de estas herramientas. Solas, la filosofía, la lógica o la historia son incapaces de proporcionarnos un conocimiento verdadero y probable. Junto a la ciencia, forman no solo una estructura analítica y objetiva, sino también crítica y escéptica.

Bajo esta estructura, muchos de nosotros hemos llegado a la conclusión de que los dioses simplemente no existen y son solo un invento de la inteligencia –o la ignorancia- humana.
Yo soy ateo, pero no porque crea que la ciencia o cualquier otra forma de conocimiento haya demostrado que dios no existe; soy ateo porque hasta donde puedo ver, una explicación que tenga en su conclusión la palabra ‘dios’ no responde a nada.

No puedo demostrar que dios no exista, pero a estas alturas, con los conocimientos actuales, ¿realmente hace falta demostrarlo? Yo elijo quedarme con la vieja frase de Isaac Asimov: “soy ateo. No puedo demostrar que dios no existe, pero estoy tan seguro de esto que no pierdo mi tiempo”.

Así que sí, un ateo puede ser una persona racional, crítica y analítica. Pero una persona que no lo sea y aun así no cree en dioses, no deja de ser ateo. Probablemente solo es irracional y acrítico; probablemente no le importa.  Pero el punto importante es que, sea como sea, esa persona sigue siendo ateo. El ateísmo, no es una vacuna contra la irracionalidad. El mejor ejemplo de esto son los creadores de esa palabra inexistente llamada pseudoateísmo.

SI TE INTERESA ESTE TEMA

*El Ateísmo No es una Filosofía, artículo de Lalo Marquez

*¿Por que No Soy un Verdadero Ateo? Ensayo de Robert Todd Carroll


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